Por Iván Delhumeau.
De lo más corriente es convertir el dinero en tema toral para introducir sutilmente el brazo del Estado en el INE para desaparecerlo. Los altos sueldos de los consejeros son el pretexto perfecto para desacreditar a la institución ante los ciudadanos, que hasta el momento la han convertido en la más reconocida del país. Pero recordemos que el Presidente de la República nunca demostró que los ministros de la Suprema Corte ganaban $600,000.00 mensuales, nunca con la evidencia de un recibo de pago de nómina, sólo con su afilada y poderosa lengua.
El ataque al INE es encabezado por AMLO y seguido por el presidente de la Cámara de Diputados Sergio Gutiérrez Luna quien incluso fue capaz de denunciar penalmente a seis consejeros por haber hecho un acto democrático, ganar una votación 6 a 5. Eso en cualquier democracia es totalmente permitido, menos en la antidemocrática mentalidad de los cuatro-teistas.
Lo peor de todo es que lo que se está discutiendo, desde Palacio Nacional y San Lázaro, lo han convertido en un tema de suma importancia, siendo que no la tiene en absoluto, la revocación de mandato. Es paradójico, nos han metido a todos los mexicanos en una sinrazón colectiva, quienes deberíamos estar pidiendo la revocación de mandato deberíamos ser quienes no estamos conformes con la forma de gobernar de López Obrador, y sin embargo no lo hacemos, queremos que cumpla su mandato, sólo que corrija el camino porque seguro nos va a hundir económica, jurídica y socialmente. La militarización de varias áreas de la administración pública federal es un ejemplo y algo de lo que pronto veremos consecuencias fatales.
En cambio, resulta que el mismo Jefe del Poder Ejecutivo pide que se haga un ejercicio para preguntar al pueblo si se le revoca el mandato, porque en su mente maquiavélica lo que él pretende es que sea una ratificación de mandato para tomar la plaza pública, convocar a un mitin con miles de personas y hacer campaña, que es lo único que sabe hacer, porque gobernar, queda clarísimo que no.
Pero si acaso ganara el No, es decir, que no continúe, que se le revoque el mandato, pues también tomaría la plaza pública, se iría a dormir al Zócalo, reclamaría que el INE le hizo fraude.
Esa es precisamente la trampa que AMLO le está tendiendo al INE. Lo presiona para hacer un ejercicio absurdo, al estar en la ley, Hacienda está obligado a dotar a la institución del presupuesto correspondiente para que lo lleve a cabo, sin politizarlo. Es como si AMLO hubiera presionado al INE para organizar la elección intermedia del año pasado, en ese caso sí, Hacienda le dio todo lo que se requería, pero la revocación de mandato es un tema político, es el capricho en turno del Presidente de la República.
La revocación de mandato es absurda porque si la mayoría de los ciudadanos decidieran destituir al Presidente no existe un mecanismo jurídicamente confiable para sustituirlo, el país entraría en una crisis política sin precedentes.
Lo que AMLO busca es desgastar al INE, desacreditarlo, y así justificar la desaparición de su autonomía, incorporarlo de nuevo a la Secretaría de Gobernación (como inició el IFE) que el gobierno organice la elección presidencial de 2024, y así imponer a su sucesor(a). ¡Defendamos al INE!