Porqué no podemos asegurar una mejor calidad educativa
Vivimos en una sociedad en constante cambio. Por ende los métodos y diseños educativos actuales demostraron que carecen de innovación y de modernidad.
Al concluir este ciclo escolar 2019- 2020, se nos abrió los ojos de cierta manera para ser conscientes de los retos que enfrentamos no solo para los que ejercemos la docencia.
Cómo es posible que la autoridad educativa carezca gravemente de empatía hacia los alumnos con mayor grado de marginación, no entienda a su personal docente que se “aventó al ruedo” sin capacitación o herramientas para poder enfrentar este reto de la educación a distancia garantizando que el alumno aprendiera.
No podemos asegurar una calidad educativa cuando el Estado no tiene ni la más mínima intención de invertir en la “profesionalización” docente y menos en reconocer la preparación y trayectoria del mismo. En toda institución que brinde un servicio se manejan los términos “capacitación, adiestramiento y motivación al empleado” cosa que trabajadores de la educación no conocemos.
Que irónico que un maestro ordinario no pueda acceder a apoyos para material de computación, libros y otros materiales necesarios para nuestra tarea, en cambio el personal administrativo de cada escuela y de Secretaría de Educación obtiene bonos para comprar lentes, hasta para comprar uniformes. ¿Cuándo se ha visto que el personal administrativo de una escuela pública o de Secretaría use uniforme todos los días? Podrán existir casos pero les aseguro que son muy escasos.
Al fin los padres de familia experimentaron lo difícil que significa lograr que un educando adquiera los aprendizajes esperados de los diferentes planes y programas de estudio en los múltiples niveles educativos.
Si a esto le agregamos el concepto de “educación integral”, que no solo abarca conocimientos sino aptitudes, valores y otras habilidades, tristemente nos dejó más que claro el papel tan carente de nuestro sistema escolar, ver cómo influye el contexto, costumbres y los valores de cada persona involucrada en los procesos educativos.
La desigualdad ha dejado una huella impresionante poniendo en evidencia el modo de vida de muchos de nuestros alumnos y de las condiciones laborales del docente lo cual es peor. Imaginen como impartió clase un maestro rural donde no tiene señal o algún Café Internet cercano, o el que vive en una zona marginada del Estado y se quedó sin empleo ¿Cómo le hizo un padre de familia que no sabe leer y escribir?
Hay muchos factores que al final de cuentas son parte del día a día del docente en un México donde predomina la ignorancia, el miedo y la falta de pensamiento crítico. Solo nos queda ser precavidos y buscar la manera de lograrlo; como siempre lo hemos hecho.
Esta opinión es responsabilidad de su autor.
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