Por Abraham Rojas

El idiota usa la genialidad descriptiva y narrativa de Dostoievski para desarrollar muy pocos escenarios, pero un gran numero personajes yendo y viniendo, entre los pocos escenarios y enredándose en interminables diálogos o soltando largos monólogos, lo cual da la percepción de estar en una obra teatral. Se palpará en ella una trama, principalmente amorosa, aunque lo sobresaliente en esta historia son los pensamientos, actitudes y extravagancias de los personajes. Personajes que son de distinta condición y procedencia, la mayoría de ellos tienen en común la superficialidad y una meta basada en el enriquecimiento material, viven sumidos en intrigas, dando y pidiendo explicaciones en todo momento y reivindicando derechos y libertades, gente vacía, mediocre, incapaz, corrupta y hasta perversa; una muestra de la decadencia humana, sobre todo en su moralidad, en lo social y en su misma espiritualidad, elementos que Dostoievski describe a la perfección.

Sus vidas cambiarán rotundamente con la llegada del príncipe Myshkin a sus vidas, un hombre supuestamente empobrecido, solitario y ensimismado en sus reflexiones, y meditaciones sobre esa sociedad decadente. Sufre una dolencia nerviosa similar a la epilepsia, y es inocente como un niño, habla sin filtros de cualquier tema y expone sus sentimientos sin reparo, provocando la burla del resto. El príncipe Myshkin es un ser puro que, a pesar de los insultos que recibe, sigue permaneciendo en ese círculo tóxico, con la única esperanza de ayudar a esos hombres y mujeres, que tanto confían en la posición social y en el dinero para alcanzar la supuesta felicidad, pero ya se han olvidado de su ser.

Resiste que lo llamen idiota, una y otra vez, palabra que odia que le anexen a su personalidad, esta descalificación se la gana por ser siempre sincero, por dar lo que tiene sin pedir explicación, por disculpar las humillaciones y sobre todo por seguir confiando en ellos aun sabiendo que le engañan. Lo llaman idiota incluso cuando es él el único que percibe sus verdaderos sentimientos. Lo llaman idiota cuando habla de la vida y de la muerte con filosofía. Lo llaman idiota simplemente porque es diferente y profundo. Lo llaman idiota porque ellos no tienen la capacidad de entenderle, su vida superficial no se los permite.

Esta es una lectura que no resultará tarea sencilla, pues la literatura rusa y sobre todo la de Dostoievski no suele serlo. Pero, aquel que se atreva a leerla con sus casi 900 páginas, sufrirá un fuerte dolor en su conciencia. Preguntándose: ¿Sería yo uno de los idiotas que llamaría idiota al idiota?, ¿Seré yo el idiota?

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