Cómo debe comportarse el mandatario

Tuvieron que pasar dos años de su triunfo electoral en las urnas, y 19 meses de su toma de posesión para que Andrés Manuel López Obrador se comportara como Presidente de México. Fue en su visita a Estados Unidos donde se reunió en la Casa Blanca con su homónimo de aquel país Donald Trump.

Por primera vez pronunció un discurso sobrio y coherente, hasta parecía por momentos otra persona, sin hacer sus características pausas, leyó de corridito y resaltó la importancia de la relación bilateral en materia comercial. De hecho de eso se trataba “aparentemente” la visita, de celebrar la entrada en vigor del T-MEC que ocurrió apeas ocho días antes. 

Dijo Donald Trump que fue un honor que AMLO haya elegido Estados Unidos para hacer su primer viaje al extranjero. Claro que eso es muy positivo, a pesar de que no fue, lo llevaron, o “lo mandaron traer”. La intención del primer mandatario estadounidense era rescatar el voto de los mexicoamericanos, recordemos que se encuentra en campaña para la reelección. Y debe haber quedado muy satisfecho, pues las muestras de afecto de los compatriotas simpatizantes del mexicano no se hicieron esperar, con porras, pancartas y hasta mariachis. Aunque también estuvo la contraparte, las protestas en contra del habitante de Palacio Nacional, pero es justo mencionar que fueron menores. Pero, ¿realmente eso se traducirá en votos para Trump? Probablemente sí, pues está demostrado que los simpatizantes de AMLO no son muy exigentes, pues se conforman con una plataforma electoral, y posterior política pública de gobierno cimentada en la absurda venta y/o rifa de un avión presidencial.

“Los mexicanos son gente fantástica y muy trabajadora”, dijo Trump. Esa declaración es sorprendente, pues contrasta con el “asesinos, violadores, narcotraficantes”, adjetivos calificativos con los que solía expresarse hasta antes de la visita del presidente mexicano. En esta ocasión hasta elogió a nuestra “joven y creativa fuerza laboral”. Quizás le faltó decir: y que también está en edad de votar.

Otro rasgo que evidencia que AMLO se comportó como autentico Presidente de la República fue que llevó en su comitiva a grandes empresarios mexicanos como Patricia Armendáriz, Carlos Slim, Salinas Pliego, Olegario Vázquez Aldir, Carlos Hank González (nieto de aquel que decía que un político pobre era un pobre político), Carlos Bremer, y su compadre Miguel Rincón Arredondo. Sí, a este selecto grupo no lo ningunea como a los que integran el Consejo Coordinador Empresarial, ni anda con que “no le gustó el modito”. Se hizo acompañar de ellos porque sabe que son ejemplares prototipo del capitalismo, y  tenían que estar ad hoc con el nuevo T-MEC. Ahora nuestro mandatario no anduvo con eso de “gente fifí, mafia del poder”, y otros improperios que acostumbra lanzarles a los empresarios.

Podemos catalogar la visita a Washington como todo un éxito en la relación bilateral y comercial México-E.E.U.U., y colgarle la medallita al mejor hombre del gabinete presidencial, el canciller Marcelo Ebrard, negociador nato, y que sabe medir la temperatura en los asuntos diplomáticos para preparar reuniones en las que el presidente mexicano no se vaya a quemar. 

La lección que le debe dejar este encuentro a AMLO es que mientras se comporte como Presidente, y no como el peladito agitador inconforme con el sistema que fue como eterno opositor, su gobierno tendrá éxito.

Ivan Delhumeau

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