No es el que domina, sino que se domina a sí mismo.
El Día Internacional del Hombre, conmemoración establecida para visibilizar la salud integral, emocional y social de los varones, representa una oportunidad inigualable para detenernos a reflexionar sobre el papel del hombre en la sociedad mexicana contemporánea. Este texto, escrito desde una perspectiva profesional en salud mental, tiene como propósito abrir un espacio de conciencia que favorezca la comprensión, la responsabilidad afectiva y la construcción de masculinidades más sanas.
Durante décadas, los hombres en México han enfrentado mandatos culturales que exigen fortaleza, silencio emocional y autosuficiencia asfixiante. Diversos estudios han señalado que los estereotipos de género influyen directamente en la forma en que los hombres afrontan el estrés, la tristeza y los conflictos internos (Connell & Messerschmidt, 2005). Esta misma presión social ha dificultado que busquen ayuda psicológica o médica a tiempo, perpetuando ciclos de malestar e incluso de violencia.
Hablar del Día Internacional del Hombre no implica minimizar los retos que enfrentan las mujeres, sino reconocer que una sociedad sana requiere que todos sus integrantes estén emocionalmente acompañados. Y en el caso de los varones, esto implica transformar creencias que les han impedido vivir plenamente.
México atraviesa uno de los momentos más complejos en términos de violencia, fragmentación social y crisis relacionales. En este contexto, el hombre juega un rol fundamental: no como figura de poder, sino como agente de cambio emocional y social.
Los hombres pueden resignificar su papel cuando:
- Reconocen que también sienten, lloran, se equivocan y aprenden.
- Se permiten pedir ayuda sin considerarlo debilidad.
- Asumen la responsabilidad de su bienestar emocional.
- Ejercen paternidades afectivas, presentes y no violentas.
- Promueven vínculos basados en el respeto y la comunicación.
La transformación no radica solo en entender el problema, sino en vivir nuevas formas de ser hombre y para ello, la salud mental es un pilar indispensable. La importancia de la vulnerabilidad como fuerza, la vulnerabilidad masculina ha sido históricamente negada. Sin embargo, la evidencia clínica y diversos modelos humanistas de psicoterapia han demostrado que expresar emociones, identificar necesidades y aceptar límites son conductas asociadas al bienestar psicológico (Rogers, 1961).
La vulnerabilidad no representa fragilidad, sino el mecanismo por el cual el hombre se reconoce humano, se reconecta con los demás y rompe con el aislamiento emocional que tantas heridas ha generado.
Las nuevas masculinidades no se imponen: se construyen con educación emocional, diálogo y ejemplo. El hombre mexicano necesita estructuras sociales, familiares y laborales que le permitan ser espontáneo, afectivo y auténtico.
Hablar del Día Internacional del Hombre es también hablar de: prevención del suicidio, regulación emocional, relaciones sanas, salud psicogerontológica, bienestar familiar y desarrollo pleno en todas las etapas de la vida.
«Ser hombre no es ocultar lo que sientes, sino aprender a escucharte«.
Dr. Jorge Enrique Loera Castañeda
Psicólogo clínico. Doctor en Salud Mental.
Miembro del Colegio Mexicano de Profesionistas de la Psicología A. C. Durango.

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Bibliografía
Connell, R. W., & Messerschmidt, J. W. (2005). Hegemonic masculinity: Rethinking the concept. Gender & Society, 19(6), 829–859.
Rogers, C. (1961). On Becoming a Person. Houghton Mifflin.
Organización Panamericana de la Salud (2022). Prevención del suicidio en hombres: desafíos y estrategias para América Latina.