El Centro de la Ciudad retumbó a una sola voz: “Calladita no me veo más Bonita”
Por Abraham Rojas.
Durango. Ayer, martes mientras el sol se escondía alrededor de las 16.00 horas se reunirían las mujeres de durango hacía el centro de la ciudad a marchar sobre la calle 20 de noviembre, nombre de la avenida que tiene una fecha que evoca en la memoria del mexicano a la revolución, fue entonces cuando el destino o el azar escogió esta calle con esa mítica fecha revolucionaría para que siguiera ese viento de lucha, de revolución, y ahora las mujeres duranguenses que participaron en la marcha “8M” inhalan y exhalan esos vientos de cambio.
El purpura tiñó la avenida principal de la ciudad y las pancartas, las voces de protesta y reclamo social hicieron retumbar el centro de la ciudad. La cita se dio lugar en la avenida 20 de noviembre esquina con miguel de cervantes para estipular que la marcha sería pacifica y no se admitiría ningún tipo de intervención masculina o influencia externa política de ningún tipo; sino solamente la mera y autentica lucha de la mujer. La colorida avanzada fue protagonizada por las mismas mujeres, pero también acompañadas por mascotas y niños hijos de algunas de las participantes que adornaban la marcha y sus cuellos con pañuelos de colores que son distintivos de los diversos movimientos que apoyan la causa feminista. Marcha con un objetivo en concreto, el cual está en contra de todo abuso en cualquiera de sus diversas formas y variantes que a la mujer afecten, a su vez con la exigencia de justicia para las que ya no están y seguridad para las que aún siguen en pie de lucha. “Ni una más, ni una asesinada más”, “Señor, Señora no sean indiferentes, se mata a las mujeres frente de la genta”, “Vivas se las llevaron vivas las queremos”, “Las paredes se limpian, pero las mujeres no vuelven”; estas fueron las palabras que salían fuertemente de las gargantas de las mujeres que paso a paso que avanzaban así mismo se acrecentaban con fuerza las frases de protesta.
Como todo movimiento social este también tiene su marca distintiva; las pintas, y estas tomaron lugar en forma de protesta cambiando los nombres de las calles del centro de la ciudad por los nombres de aquellas mujeres desaparecidas y víctimas de violencia que causó su fallecimiento, de estas la más simbólica y por consiguiente la que más indignación causó fue aquella que tomó el nombre la calle 20 de noviembre fue remplazado por el de la pequeña Kimberly de 6 años, victima de feminicidio ocurrido en Santiago Papasquiaro en abril del año pasado. Marcha que terminó de noche bajo una luna que adornaría la culminación de este evento y frente a la catedral del estado se reafirmó que la lucha seguiría en pie y que la fuerza de la misma no se aminoraría, sino que crecería, pues queda un largo camino aun que recorrer.