Por Abraham Rojas

Franz Kafka, en este libro, para muchos su gran obra, nos muestra una visión tenebrosa en un relato en donde el personaje que podrías ser tú mismo, pues la narrativa en primera persona nos hace imaginarnos y encarnar la piel del personaje principal, una obra en que el lector siente progresivamente el miedo, desesperación, frustración, asombro y al final la resignación que Gregorio está pasando, entonces en carne propia Kafka logra meternos en la piel, en el alma y la mente de Gregorio cuando un día de la nada despierta convertido en un insecto.

Un día, de la nada, Gregorio Samsa, despierta sintiéndose raro. Algo en él ha cambiado y esto ha sucedido durante la noche anterior. Entonces se da cuenta de su nueva realidad: se ha convertido en un insecto gigante, incapaz de comunicarse con las personas.

Entonces, Gregorio comienza a recordar su pasado, buscando una posible razón que lo ha llevado a tan fatídico destino. Pero no haya ninguna razón.

Esta novela es duramente real si se ve como una metáfora y abre los ojos al lector y logra enseñarnos que incluso aquellos que deberían ser nuestros eslabones emocionales, cuando ya no nos necesitan, suelen alejarnos de ellos poco a poco, nuestra existencia estorba, es una carga cuando esta se vuelve vulnerable.

Esta lectura es esencial, un clásico y sumamente presente aun en nuestros días. Los misterios que encierra pueden discutirse y argumentarse de mil maneras, pero la interpretación que cada quien toma de ella es lo que realmente importa.